Esta frase la pronunció Derek Curtis Bok, ex presidente de la universidad Harvard.
(Esta historia es inédita. Complementa a las 66 historias que componen mi libro “Gente corriente con éxito», basado en mi experiencia en cursos realizados, próximo a publicarse)
Hace ya un cierto tiempo, en una de las presentaciones que solemos hacer para dar a conocer un poco mejor nuestros cursos, una de las personas que vinieron, un hombre de unos cuarenta años, me confesó que le encantaría recibir nuestra formación en habilidades, pero que no podía hacerlo porque la empresa no se lo financiaba.
Tomó tanta confianza conmigo que, al cabo de un rato, cuando ya nos encontrábamos a solas, se abrió un poco más. Él estaba viviendo una situación complicada en la compañía para la cual trabajaba. La empresa había modificado su política de personal y estaba contratando a personas más jóvenes y bien preparadas para sustituir a las más antiguas y expertas. La crisis traía consigo una serie de medidas de recorte que se habían comenzado a aplicar.
Él se sentía estancado personal y profesionalmente. Ganaba un buen salario en comparación con las personas que contrataban de nuevo, pero estaba paralizado por el miedo a ser sustituido. Había trabajado tantos años en la misma empresa que se sentía muy cómodo y no podía imaginar su futuro en otro lugar. Además, era consciente de que no se había reciclado y que algunos de sus conocimientos estaban quedando obsoletos. Se negaba a aprovechar los avances tecnológicos para ser más eficiente porque sentía que toda ‘esta modernidad’ no estaba hecha para él.
Aproveché la confianza para darle ánimos y le dije: “La formación continua es necesaria hoy en día y, aunque tengamos una o dos carreras e idiomas, muchas veces no es suficiente para ocupar un buen cargo”. Me miraba con interés, sin articular palabra. Y, tras una breve pausa, proseguí: “En estos cursos, desarrollamos habilidades de comunicación y de liderazgo, esenciales hoy en día. Por lo que si la empresa no te lo paga, hazlo tú: invierte tú en ti mismo.”
Resulta clave comprender que las empresas ya no necesitan profesionales con muchos conocimientos, sino que optan por personas con competencias emocionales y sociales, que les permitan ir un paso más allá. Romper con la rigidez y el bloqueo que nos provoca lo desconocido y atrevernos a experimentar para potenciar nuestro talento es algo que debemos hacer por y para nosotros mismos.
El beneficio que nos reportará se verá reflejado en todos los ámbitos de nuestra vida y, por supuesto, también en el trabajo.
——————————————————————————————————————-
· “Sólo hay algo más caro que formar a las personas y que se te marchen: no formarlos y que se te queden”. (Henry Ford)
——————————————————————————————————————
Cuando nos sentimos competentes, nos sentimos seguros y vencemos el miedo. Es un círculo que se retroalimenta y cada vez toma más fuerza.
Lo más importante que tenemos somos nosotros mismos, ¿por qué lo olvidamos? No podemos pretender que los demás decidan o actúen por nosotros. La responsabilidad es propia, única y completa. Todo lo que nos ocurre nos sirve para aprender y la misión de aprender es propia e intransferible. Somos los últimos responsables de nuestro desarrollo y crecimiento.¿Tomamos hoy las riendas, antes de que sea demasiado tarde?
¿Cuántas veces dejas que otras personas decidan por ti, tu futuro?
Autor: Francesc Assens
https://www.francescassens.com Soy Francesc Assens,
Me dedico al coaching personal, al coaching de equipo (o profesional) y al coaching de empresa. Un coaching para el bienestar basado en la psicología positiva, las relaciones humanas y el crecimiento personal.
Me defino como una persona alegre, positiva, pero al mismo tiempo también realista. Creo que siempre podemos mejorar la manera de hacer las cosas si nos lo proponemos.
Podemos conseguir grandes cambios sostenibles en el tiempo. ¿Cómo? Saliendo de la zona cómoda y tomando riesgos inteligentes, buscando un equilibrio entre la reflexión y la acción.